Cuando jugar al Tetris con los brazos te salva…

En una acalorada disputa casi digna de una partida de Twister, Aurélien Tchouaméni se encontró defendiendo el área del Real Madrid de una manera asombrosamente creativa. Al parecer, estaba sometiéndose a una prueba de elasticidad del Comité Olímpico Internacional, porque su brazo bloqueó el balón de Ferran más rápido de lo que uno puede decir «no es penalti». Según Pérez Burrull, que debe tener un máster en geometría del cuerpo humano, no hubo infracción porque el brazo estaba en vertical y ¡muy cerca del remate! Aunque, claro, para Pérez, la distancia se mide en centímetros, no en desgracias azulgranas.

Por otro lado, nuestro querido árbitro intergaláctico de VAR, Hernández Hernández, decidió que la jugada no merecía un penalti ni aunque el balón hubiera escrito una carta pidiendo uno. Después del microanálisis del brazo de Tchouaméni que rivaliza con CSI: Miami, el árbitro permitió que el juego continuara, dejando al Barcelona protestando más que un niño sin su helado. Al final del día, fue una victoria para la elasticidad sobre la queja, y quizás una nueva moda en estiramientos pre-partido.

Mientras tanto, en el museo de brazos de oro, Pérez Burrull sigue exhibiendo su historia, como un ninja del silbato, siempre listo para evaluar las posiciones de los brazos con la precisión de un robot de ajedrez en una taberna medieval. Desde su debut en 1997, Pérez ha dominado el arte de la ecuanimidad con premios como el «Silbato de Oro». Por su parte, Radio Marca sigue siendo el faro de la lógica deportiva, combinando análisis con emocionantes giros de telenovela, llevando a los oyentes al borde de sus asientos – y, a veces, más allá. ¡Que siga la fiesta del fútbol y los enredos de brazos! ¡Hasta el próximo drama deportivo!