Llegada épica con maletas extraviadas…
¡Atención mundo! El Real Madrid aterrizó en Nueva York como si llegara a protagonizar una peli de superhéroes. Pasaban las 18:30 cuando el autobús de los merengues llegó a su hotel-fortaleza, dispuestos a descansar para dar batalla en cuartos de final contra el Borussia Dortmund. Después de un entrenamiento en Miami, todos se encaminaron a la ciudad que nunca duerme. Ni Batman estaba tan preparado para una noche de villanos, digo, de fútbol.
Entre las estrellas del firmamento blanco, Endrick y Alaba no quisieron sentir su ausencia en el gimnasio del hotel. Dicen que estaban probando las pesas nuevas y que las mancuernas volaban como balones de fútbol en un pase de Modric. Eso sí es técnica. A pesar de la festividad del 4 de julio, una treintena de valientes madridistas siguieron el rastro de las galácticas y se apiñaron como fichas de dominó, esperando autógrafos de sus héroes.
El favorito de la legión, Luka Modric, apareció como el príncipe de las leyendas. Y en medio de la multitud, Mbappé protagonizó su propia comedia de errores al bajar del autobús, reclamando una maleta tan perdida como un balón en penal fallido. ¡El caos de Nueva York ni el GPS lo arregla!