Una debacle blanca en modo comedia…
El Real Madrid ha sido destronado y no, no estamos hablando de dietas ni de gimnasios. Los jugadores del equipo blanco, más perdidos que el GPS de un profesor de historia, cayeron ante el Arsenal. Bajo el ojo inquisidor de Ancelotti, quien se planteó pedirle consejo de peluquería a David Beckham ante el estrés, el Madrid quedó para el arrastre. Radio Marca analizó el desastre con más atención que Ronaldo devora una pizza.
Según el sagaz Miguel Quintana, el cuadro madridista se comportó como yo en clase de química: como un auténtico malabarista en busca de aprobar raspando. El Arsenal apareció sin previo aviso, como Andy Carroll en una peluquería, y dejó ver que el Rey estaba más desnudo que un catálogo de verano. De repente, el Real Madrid parecía un equipo amateur contra un Arsenal que jugó al futbolín con ellos.
Mientras Adrián Blanco recitaba acertijos sobre lo que es y no es un equipo, Raúl Varela se mostraba más elocuente que un loro en un mitin político, señalando la cantidad de jugadores madridistas que parecían más adecuados para un anuncio de colchones que para gobernar en el terreno de juego. El marcador resultó un bajón para toda la afición, evidenciando que, aunque Madrid puede tener buenos churros, últimamente anda corto de jugones.