Real Madrid, el Vecino que No Sabe Perder…

¡Ay, Madrid! Ni el mismísimo Houdini podría haber escapado de esta. El Real Madrid, como elefante en cristalería, tocó la final de Copa con gracia, pero el trofeo tocó el suelo. El partido fue como un concurso de talentos donde el jurado dormía; los blancos merecían una ovación de pie, aunque terminaron con corbatas de «lo intentamos». Menos mal que lo de esta derrota no fue tan dramático como cuando jugamos al escondite con el Arsenal y perdimos incluso las llaves de casa.

Pero en esto del deporte, como en el Monopoly, perder a veces se nos atraganta tanto como tragarse un campo de fútbol entero. Algunos jugadores del Madrid, en vez de perder con honores, lo hicieron con un grito que podría asustar a los niños en Halloween. Ah, si pudiéramos embotellar el dramatismo futbolístico, tendríamos el mejor reality show del mundo, con episodios de jugadores que interpretan el «no sé perder» con nominación al Oscar.

Y claro, ni hablemos del arbitraje, una historia tan vieja como discutir si el huevo o la gallina llegaron primero. Algunos fans madridistas piensan que el árbitro llevaba unas gafas que sólo mostraban colores rivales. ¿O quizás es que ya estábamos practicando para el próximo carnaval? Quién sabe. Al final, nos queda el consuelo del fútbol: siempre habrá otra final, otra oportunidad para ser los reyes del drama… y tal vez del campo también.