Endrick acelera para retomar el control…

En el universo del fútbol, las cosas pueden tomar giros dignos de una telenovela, o mejor aún, de una película de ciencia ficción. Endrick Felipe, el prodigio brasileño, se encuentra en una seguidilla de pánico al estilo de un estudiante que olvidó un examen sorpresa. Todo porque el desconocido Gonzalo García ha irrumpido en la escena como un superhéroe inesperado en el Mundial de Clubes, aprovechando con habilidad la repentina baja de Mbappé, que pensamos que era tan robusto como una armadura medieval.

Gonzalo llegó como un ciclista con rueditas al principio del torneo, pero vaya que las ha quitado y ahora se desliza por el césped con la confianza de un gato que cazó un ratón en pleno aire. Este muchacho ha metido goles y repartido asistencias como repartidor de pizzas en noche de clásicos, convirtiéndose en el terror de los centrales rivales. Xabi Alonso, como buen director de orquesta, aplaude mientras comenta que Gonzalo tiene un pedacito de Raúl en sus movimientos y un destornillador en la zurda.

Mientras tanto, Endrick se suma una venda a la pierna y se marcha a Estados Unidos más rápido que un cohete, todo para no perderse el guiso futbolístico que Gonzalo está cocinando en su ausencia. Entre vuelos y estrategias, se percibe el nerviosismo del brasileño que ahora quiere estar en los planes del técnico y no que lo vean como espectador de lujo. ¿Conseguirá Endrick retomar su lugar o Gonzalo seguirá como astro invitado? Lo sabremos en el próximo episodio de este culebrón balompédico.