La tragicomedia del ticketing culé…

En un capítulo más de «Entradas y Desventuras en La Cartuja», los aficionados del Barcelona están más preocupados que un pingüino en el Sahara. Este sábado es la esperadísima final de la Copa del Rey entre el Barça y el Real Madrid, pero la épica batalla parece que está ya perdida por no tener las entradas en sus manos. La RFEF encargó la misión a la famosa empresa One Box, que debe tener un monociclo con una rueda cuadrada, porque los datos de muchas entradas parecen más un acertijo que un acceso al estadio.

Los culés, enfadados como gatos mojados, han alzado sus voces. Los billetes, que parecen haber pasado por una máquina de confusión épica, tienen los datos completamente trastocados, como si se tratara de una broma pesada del destino. Los nombres no coinciden ni con los números del DNI. ¡Imposible que entren al estadio aunque practiquen yoga teletransportativo! El Barça ha lanzado un comunicado, más afilado que las espadas de un caballero jedi, declarando que no se quedarán de brazos cruzados, ¡ni aunque se les caigan las muñecas!

Mientras One Box admite el fallo, prometiendo una rápida recuperación cual enfermero experto, asegura que hoy mismo los fanáticos tendrán sus entradas inclusive en sus sueños más tormentosos. Con amagos de hacer la ola en casa para calmar los nervios, los seguidores azulgranas podrán, con suerte, encontrar el Willy Wonka Ticket mágico que les abra las puertas de La Cartuja. Las entradas oscilan entre 72 y 270 euros, más caras que una poción mágica, pero el entusiasmo no tiene precio, o eso dicen.