Máquina del tiempo a los 15 años…

Atención, amantes del fútbol y cazadores de leyendas: ¡ha nacido una estrella! Con solo 15 primaveras en sus botines, Enzo Alves decidió que el césped de Valdebebas era su dominio personal. Hijo de Marcelo, y con genes de futbolista en cada rizo, debutó en el Juvenil A como quien va a la tienda a por chuches. Sin razón aparente y con el desparpajo de un mago, Enzo decidió emular al mismísimo Guti con un taconazo celestial. Se lo puso en bandeja a Liberto para que hasta el marcador se quitara el sombrero. ¡El público estalló pensando que habían presenciado el regreso de la magia merengue al grito de «¡Viva la peluquería de Enzo!»!

Los rojiblancos del Atlético mordían el césped, intentando desesperadamente que el reloj fuera un amigo rápido, pero Arbeloa y sus aprendices de Jedi no estaban dispuestos a dejar este derbi a medias. Era como una final de videojuego, donde cada error era mortal y hasta Alfredo Di Stéfano hubiese aplaudido desde el cielo por los giros que se estaban dando en el campo. Mientras tanto, Carlo y Davide Ancelotti asistían anonadados al espectáculo desde las gradas, tomando notas como si el próximo candidato a Balón de Oro ya fuera una realidad.

Tras el infarto de taconazo, el campo 7 de Valdebebas quedó tatuado en la historia. Enzo, ese joven Picasso del césped, regaló alegría, sudor y el tipo de goles que solo se ve en sueños animados. Marcelo, todavía preguntándose si habló con Enzo o con Guti, no podía más que aplaudir y reír mientras la hinchada coreaba a su pequeño genio. Los blancos se llevaron la victoria y, con ella, media liga que quedará en los anales del Juvenil como «el día del taconazo de Inzomático Alves».