Un partido de errores y mucho Mbappé…
El Real Madrid decidió que los errores son el nuevo deporte de moda al estilo Copa del Mundo de Despistes. Sí, amigos, esos que te hacen tropezar con la pelota frente a la abuela en un partido de ping-pong familiar. En la final de la Copa ya había sucedido y, al parecer, fue tan divertido que quisieron repetir la hazaña. El Madrid decidió jugársela con más fallos que un diccionario que confunde jamón con jabón.
Sin embargo, aunque el equipo parecía más enfocado en protagonizar su propia serie cómica de errores, hubo un rayo de esperanza llamado Mbappé. Este tipo, que parece tener un motorcito en los pies y elasticidad de chicle, fue la excepción a la regla. Metió tres goles como si estuviera en la Batalla Épica de la Superliga de Galaxias y dejó claro que, a veces, un solo superhéroe es insuficiente contra las fuerzas del caos futbolístico.
Claro, al final del juego, hasta Víctor Muñoz casi logra empatar. Pero hagamos una ovación a esos goles y fallos risibles que nos recordaron lo que es amar el fútbol: no siempre se gana, pero siempre cae una buena historia desde la tribuna. Y quién sabe, quizás esa sea la razón por la que siempre volvemos al campo: por el show, el humor, y bueno, quizás también por los bocatas de calamares.