El uruguayo de los 300 partidos…
Hace 10 años, un joven Fede Valverde era descubierto por Juni Calafat, el superespía del Real Madrid que se las da de James Bond del fútbol. En el Sudamericano Sub 17, Fede mostraba su magia en Peñarol. Hoy, está a un paso de la épica meta de 300 partidos luciendo la blanca del Madrid, y eso que apenas tiene 26 primaveras.
Su título de “futuro gran capitán” no lo ha elegido él, lo eligió el destino y tal vez una encuesta online que manipuló su abuela. Con 14 títulos en la vitrina, incluyendo dos Champions y un humor un tanto irónico, Valverde es esa máquina que nunca falla, puntuando al menos 8 de 10 en cada juego y tal vez, convirtiendo a los críticos en fans con su tremendo despliegue.
Desde Uruguay, Néstor Gonçalves asegura que Fede está hecho de titanio y que Peñarol lo moldeó como una obra de arte digna del Louvre. Entre goles y asistencias, su pasaje por Deportivo La Coruña lo preparó para entender el “otro fútbol” en Segunda, mientras Pepe Mel lo convirtió en un todoterreno, incluso de lateral.
Rodeado de su familia, fans incondicionales y algún que otro robot que carga sus baterías con goles y aplausos, Fede, dicen los rumores, está diseñado para dejar huella en el Bernabéu hasta que él decida.