El ojo experimentado del presidente en Miami…

Florentino Pérez, el gran maestro del ajedrez futbolero, decidió poner una pieza más en el tablero asistiendo al último entrenamiento del Real Madrid. Armado con un café con leche en una mano y un periódico en la otra, se situó en la terraza de West Palm Beach como si se tratase de un náufrago en busca de tierra firme. Allí observó los dotes circenses de su escuadra antes del enfrentamiento crucial contra la Juventus, como si pudiese ver el futuro en cada pase y regate.

Por primera vez, el presidente se dejó ver en este Mundial de Clubes en Miami, con la misma ilusión que un niño en una tienda de chucherías. Junto a él estaban nada menos que Pirri y Solari, que bebían agua de coco mientras razonaban sobre la probabilidad de que un balón mágico cambie el destino del partido. Algún comentario velado se escuchó en el aire, pero Florentino, atento como un búho, estaba más interesado en los vaivenes del balón que en los chismorreos del patio.

Dentro del rectángulo de juego, la alineación parecía un casting para Los Vengadores, con Mbappé y Carvajal listos para salvar al universo balompédico contra los italianos. Eso sí, Alaba y Endrick, los únicos que no pudieron realizar sus piruetas en el campo, aún se toman un respiro en el banquillo. ¡Que empiece el show y que ruede la pelota en esta batalla de titanes, donde el balompié y la risa son los verdaderos protagonistas!