El as que cambió la raqueta por botas…
Ah, queridos lectores, qué tragedia para el tenis, pero qué joya para el fútbol nos da la vida. Franco Mastantuono, el chico de las mil habilidades deportivas, ha cambiado el tamaño del balón con el que hace magia. Mientras el tenis se lamenta su pérdida como si hubiese vendido su último churro en la playa, el futuro Santiago Bernabéu ya le tiene reservado un trono, ¡y con cojín de pelotitas autografiado!
Franco, en sus días de nacimiento devenidos en confusión aritmética —porque un día tenía cinco y al siguiente se estiraba hasta los seis años como chicle—, no solo podía meter un ace con su derecha triunfadora, sino que su zurda celestial también brillaba en los verdes campos del fútbol. Poblet, su entrenador, le puso una raqueta en la mano con la misma emoción que un chef sirve lasaña: con esperanza y un toque de magia. ‘Este chaval juega bien a todo’, decía. ¡Y vaya que tenía razón!
Su carrera tenística, repleta de victorias y pelotitas de colores, podría haber sido legendaria; sin embargo, Franco decidió que correr detrás de una pelota que no rebotara tanto era más su estilo. En 2018, como si firmara un contrato con las estrellas, pasó del top de tenistas a una promesa de River Plate. A ver, River, ¡cuidadla bien, que nos ha dado un artista del balón!

