El fútbol se vuelve más caro que el oro…

Queridos fanáticos del fútbol, prepárense para hipotecar la casa, vender el coche y tal vez subastar a su suegra, porque ver la final del Mundial de Clubes este julio en New Jersey te costará más que una cena con Messi en la Toscana. ¿Cómo puede ser esto posible? Ni el mismísimo trofeo Jules Rimet costaría tanto si se sacara en eBay. 600 euros para estar entre las palomas del estadio y hasta 8.000 si quieres que Ronaldo te firme la camiseta… en sueños, claro.

De hecho, la reventa de estas entradas hace que las finales del Mundial y de la Champions parezcan ofertas del Black Friday. Y eso que todavía no sabemos si jugará el equipo de tu abuela o el mismísimo equipo alienígena del planeta Furbolón. ¡Ay, Estados Unidos! Tan caro como un concierto de Beyoncé, pero aquí en vez de un derbi te vas a encontrar un Madrid-Atleti con balón ovalado, y claro, todo el mundo quiere vivir esa experiencia mística que supera hasta a aprender la táctica del fuera de juego.

En conclusión, estos precios de locura son la nueva normalidad para los seguidores que quieren entrar en el santuario del fútbol. Porque si hay algo que entendimos es que ver al Real Madrid contra el Pachuca o al Atleti contra el PSG es tan exclusivo como casarse en Las Vegas… con Criss Angel como oficiante. Así que afila los codos y coge la calculadora, porque el fútbol tiene un nuevo precio, y más vale que tu bolsillo esté listo para el desafío.