Un Proyecto Parecido a un Truco de Magia…

Si Gianni Infantino fuese un mago, definitivamente sacar un Mundial de Clubes de la chistera llevaría el nombre de «El Conejo Infantino». Hace apenas diez meses, este señor con sus guantes de fútbol mágicos decidió que no había tiempo que perder y organizó un Mundial de la nada. Así, en un abrir y cerrar de ojos, con más rapidez que un cafecito exprés. ¡Alabado sea el fútbol por estos prodigios!

La FIFA, que seguramente mascaba chicle y caminaba al mismo tiempo, se inventó una colaboración económica de telenovela con Dazn, pero los clubes futboleros ya pedían el dinero con avaricia digna de una peli de villanos. Todo el anhelante esfuerzo monetario alcanzó unos tibios 1.500 millones de billetes, pero el 90% fue engullido por los clubes, dejando migajas para los pobres organizadores, que debieron instalar estadios y chabolas futbolísticas con goma de mascar y cinta adhesiva.

El año que viene, los estadios en los Estados Unidos prometen ser más sorprendentes que los OVNIs del Área 51: con techos retráctiles más geniales que un Transformer. Pero eso sí, ¡las tormentas se mantienen con pase VIP! Los 15.000 periodistas serán de infarto, igual que los pocos premios que recibirán los equipos. Lo que no cambiará es que seguiremos viendo al fútbol cubierto de brillos y luces de neón, justo como los buenos y viejos tiempos.