La epopeya de un delantero en el exilio…

Un día, en un rincón escondido del cartón olvidado del álbum de figuritas del Real Madrid, Gonzalo se encontraba preguntándose si era posible caerse de una lista de canteranos y aterrizar, de puro milagro, a miles de kilómetros en un lugar llamado Estados Unidos. El joven delantero, tras vivir el rechazo de Ancelotti como si le hubiera dado un cabezazo Sergio Ramos, observa la cara sonriente de sus excompañeros en la foto de esa gira. Mientras ellos posaban como estrellas de rock, Gonzalo se sentía más aplastado que un bocadillo de calamares en un día de feria.

Pero como bien decía Confucio, «cuando una puerta se cierra, te puedes colar por la ventana», y eso es exactamente lo que hizo nuestro querido Gonzalo. Al año de su «oscuro» verano, surca los campos de juego en Estados Unidos como si fuera la reencarnación de Steve Rogers en tachuelas. Con sudor, talento y un poquito de ese improbable desarrollo de superpoderes, ha pasado de ser el «fantasma del escuadrón ignorado» a la estrella revelación del balompié yanqui. ¡La nueva estrella del fútbol lleva botas americanas!

¿Quién lo iba a imaginar? De pasear por el parque del anonimato ha pasado a ser el nuevo favorito de las hamburgueserías deportivas. Con su historia de rebeldía y éxito, Gonzalo nos demuestra que no necesitamos un billete de ida a la fama; a veces, solo necesita una pelota, un campo lejano y una buena dosis de querer demoler las expectativas. Así que amigos, atesorad esa foto de los canteranos del Madrid; quién sabe cuándo descubrirán que el verdadero héroe es el que se cayó del autobús. ¡Levanta tus botas y a seguir jugando, Gonzalo!