Entre árbitros y gritos, el Real Madrid en llamas
Queridos madridistas y demás amigos del balompié, agárrense a sus asientos porque la olla está a punto de estallar cada vez que el Real Madrid pisa un campo. Esta vez el volcán fue en El Sadar, donde el VAR estaba más perdido que un turista sin mapa. El árbitro Munuera Montero tuvo más errores que un teclado pegajoso, y la situación se puso más caliente que un desierto en agosto. Y no, no sólo por los cánticos desaforados del fondo radical. Dice el dicho que «lo que pasa en Pamplona, se queda en Pamplona», pero así no se puede seguir. Que esto no es Juego de Tronos.
En el campo, el Madrid quedó en medio de un episodio digno de una novela de caballeros. Entre gritos y amenazas, los culpables de tan pésima actitud deberían echarse unos partidos de FIFA 23 para aprender modales. Insultos a Vinicius y Asensio sobrevolaron el campo como mosquitos en verano. Y lo peor es que Munuera Montero no detuvo el juego, seguramente aterrado de que ni el VAR le pudiera ayudar esta vez.
Mientras tanto, en el reino blanco, Valverde sigue demostrando que podría estar en los Avengers. De lateral derecho esta vez, cubre todo el campo como una manta de invierno. Que en Arabia Saudí no hayan intentando ficharle con una montaña de petrodólares suena más a una comedia de enredos. ¿Dónde firmamos para que nunca se vaya?
En la guerra de los árbitros, el Madrid sigue perdiendo batallas, pero quién sabe, quizás algún día gane la guerra. Munuera Montero parecía más decidido que un niño frente a un plato de espinacas, pero con tantas tarjetas y decisiones, al final el que perdió la cuenta fui yo. Con más drama que en una telenovela venezolana, cada partido es un thriller donde el VAR y Munuera Montero juegan al escondite y nunca se encuentran.
Por otro lado, Bryan Zaragoza ha estado más fuera de lugar que un helado en un horno desde su aventura alemana, pero parece que vuelve como un mago con su pierna derecha en mano, repartiendo fútbol a diestro y siniestro. Si el Bayern lo recupera, más les vale que no lo sienten tanto tiempo o terminará escapando de nuevo.
La Liga está en modo microondas, amigos. ¡Caliente, caliente! Tres equipos se pelean por la gloria como si fueran luchadores en una jaula. En medio de esta telenovela del fútbol, Mbappé fue el héroe… bueno, casi. Su gol sacó una sonrisa a más de uno, pero terminó llevándose a casa un empate en la maleta y esa imagen de Sergio Herrera parándole el remate seguirá persiguiéndole como un fantasma en un castillo escocés. Así que sí, madridistas, todavía hay esperanza para romper esa racha de victorias interrumpida desde 2008. ¡La temporada aún promete más giros que una película de Hitchcock!