Un duelo épico entre amigos y rivales…

¡Atención, atención! ¡Gündogan, el sabueso del centro del campo, habló sobre la bestia parda Rüdiger! Sí, sí, han oído bien. Entre risas y suspiros, el talentoso del City confesó que tener a Rüdiger como compañero es mejor que tener un unicornio en el jardín. Pero no te equivoques, cuando lo tienes de rival, el tipo se convierte en un toro embravecido en plena fiesta de San Fermín. ¡Cuidado con Toni, que cuando se pasa de la raya, hay que atarlo como a un globo de feria!

El árbitro, lápiz en mano, necesitó todo el libro de quejas para describir la intensidad del alemán en la Final de la Copa del Rey. Parece que Toni confundió el partido con una clase de defensa personal nivel ninja. ¡Cómo para no tener opiniones negativas! Según Gündogan, Rüdiger es como un volcán en erupción con camiseta blanca, pero con un corazón más grande que la Torre Eiffel. «Mi amigo es así. ¿Improvisador? Seguro. ¿Agresivo? Un poco. Pero, ¡vaya personaje!», lo defendió como un auténtico caballero medieval.

Aunque lo quiere como a un hermano, Gündogan reconoce que el torbellino madrileño se merecía la temporada de penitencia. La afición, conocedora del arte de celebrar goles, también colectó firmas para darle alguna que otra lección de yoga. Con tono reflexivo, Gündogan explicó que Toni necesita encontrar un equilibrio zen entre la bondad de Buda y el fuego de un dragón alemán. ¡Vamos, Rüdiger, estamos contigo!