Una entrada que ni Jackie Chan entendería…

Isaac Romero duró en el campo lo que una tostada en manos de un perro hambriento. Apenas puso un pie sobre el césped y ¡zas! como si fuese piloto de un avión caza, el árbitro lo cazó con amarilla. Pero claro, el VAR –ese ojo que todo lo ve menos lo que importa– detectó una jugada tipo karate kid contra Tchouaméni y mandó a revisar la jugada. Resultado: una roja que hubiera hecho sonrojar al mismo Hulk en su día más verde.

El Sevilla tuvo que jugar con dos menos, como un equipo de fútbol al que se le han acabado las pilas del mando a distancia. Badé había dejado a su equipo con uno menos desde el amanecer del partido, todo porque decidió hacer de vigilante de campo abierto sacando ilegalmente a Mbappé del juego. Mientras los sevillistas protestaban con coreografías dignas de un musical de Broadway, el VAR a lo suyo, como siempre, espiando pero sin intervenir.

Los sevillanos ya tienen una colección de tarjetas rojas que podrían hacer palidecer a un coleccionista de cromos. Entre tanto, nuestro querido Isaac cumplió 25 años y hay que reconocer que celebrarlo siendo cazado por dos sanciones seguidas es una verdadera proeza. ¡Feliz roja, Isaac!