El cóctel Klopp-Ancelotti que nadie se esperaba…

En el universo paralelo del fútbol, donde las tácticas se escriben en servilletas y el destino de los entrenadores se decide tirando una moneda al aire, surge un nuevo chisme que hace cosquillas a los fans del Real Madrid. Resulta que la mano derecha de Florentino, un banquero con nombre de superhéroe, Anas Laghrari, está loquito por Klopp, tan loquito que lo quiere ver en el banquillo merengue, ¡como si fuera el nuevo sabor del mes en una heladería! Mientras, el pobre Ancelotti sigue con el corazón en un puño, preguntándose si va a poder seguir jugando a los tánganos en Valdebebas.

Varela, el detective privado de ‘La Tribu’ de Radio Marca, ha destapado toda esta telaraña futbolística en plan Sherlock Holmes. Parece que Ancelotti está entre renunciar a su amor por las tortillas de patatas de Madrid o unirse a la samba como seleccionador de Brasil. Y claro, porque eso de ser líder de una selección debe ser como ir a la playa y darle órdenes a las olas. Alguien debería aclararle al pobre Ancelotti que la planificación en el Real Madrid es igual de precisa que un golpe de un delantero con el ojo tapado.

Mientras tanto, Klopp, desde su trono en Red Bull, parece más un sabio zen que un entrenador. Vestido de power up, está a babor y estribor con los equipos de la bebida energética, ¡como si tuviera alas! Y mientras todos estos líos se desenvuelven y planifican las mudanzas de Rodgers y Hammerstein, el suspense continúa: ¿Dejará Ancelotti el banquillo entregando un discurso emotivo tipo «You’ll Never Walk Alone»? Solo el tiempo lo dirá, o quizás, la cafetera mágica del vestuario, conocida por predecir el futuro mejor que cualquier pitonisa.