Épicentro en defensa, vegano de Dragon Ball Z…

¡Atención, terrícolas! Ibrahima Konaté, el coloso casi galáctico de 1.95 cm de altura, está listo para conquistar la Vía Láctea futbolística, comenzando por el Real Madrid. Sí, eso mismo. Este francés anda jugando al póker de las estrellas, y no precisamente en Las Vegas, sino sobre el césped, dejando Liverpool para hacer lo que sabe: infligir pesadillas a los delanteros más temerarios. Y es que su exentrenador, un tal Éric Hély, recuerda cómo miraba a este titán como si fuera el hijo perdido de Zeus y Leónidas, dispuesto a partir pelotas con un solo guiño. Imaginen a un Godzilla con un balón; Konaté en el campo es eso, pero con mucho mejor pie.

Dicen por ahí, nadie sabe quién pero lo dicen, que Konaté de chiquillo quería ser Ronaldo Nazario, el verdadero, no la estatua. Pero alguien con un par de sinapsis supo que un caballero tan alto como un rascacielos y con la madurez de Yoda iba a hacer más daño atrás que delante. ¡Y vaya si lo ha hecho! Desde sus inicios chapoteando por La Roquette hasta Leipzig, donde firmó su primer contrato, mostrando que no solo levanta Fenwick cuando le da la gana, sino además que escucha consejos y se convierte en defensa sin una pizca de berrinche, cosa rara entre los merodeadores del fútbol.

Ahora, siéntense bien porque al crack le gustan más los dibujos que los bocadillos de calamares a los españoles, pero no cualquier cosa, sino Dragon Ball Z, un clásico que lo inspira tanto que lo veréis visualizando a Vegeta cada vez que pise el césped. Sus compis del Liverpool parece que lo flipan, pero quizás ellos no entienden que para estar al nivel de la Champions uno necesita motivación de Super Saiyan, ¡y vaya que si la tendrá cuando vista de blanco! Konaté está tan listo para brillar con Xabi que su llegada puede ser como un crash entre Marvel y DC, porque si brilló entre los ‘reds’, los ‘whites’ no serán menos.