El show de Barça, Flick y el inesperado plante merengue…
¡Ah, el fútbol y sus dramas! Imaginen a Joan Laporta, el maestro de ceremonias, disfrutando del espectáculo más cirquense que el mismísimo Ringling Bros. Y es que, queridos lectores, ni siquiera Houdini habría ejecutado una temporada tan irreverente como la del Barça de Flick. La estrategia de apretar el botón mágico del buen fútbol sorprendió a Laporta tanto como cuando descubres que el chocolate a veces engorda. Vamos, ni en sus sueños más locos esperaba que su equipo rendiría a un nivel tan alto… tanto que incluso tuvo que reprimir un reflejo durante el gol de Koundé, casi como si fuera una tostada saltando de la máquina.
El espectáculo continuó con un pre-show digno de Las Vegas, menudo plante del Real Madrid, ¡más estratégico que un tablero de Monopoly! Florentino Pérez, como un malvado villano clásico, jugó sus cartas antes del partido de la Copa del Rey. No obstante, Laporta, nuestro héroe de la comedia, lo vio venir y decidió hablar de fútbol y no de dramas estilo telenovela, logrando así una victoria que haría llorar de emoción incluso al propio Fred Astaire con sus pasos de toque y pase.
Y con este interludio chaplinesco, Laporta confía ciegamente en Flick, el entrenador traído por la varita mágica de Deco. Aparentemente, Flick no es solo un mago del balón, sino el mismísimo obra maestra que logra fusionar habilidades humanas y deportivas como nadie. Mientras aguanta fuerte en ese contrato fugaz que más parece un hechizo de año a año, el Barça quiere evitar dramas de culebrón a lo ‘La que se avecina’ y seguir por este camino de magia constante. Los culés ya están en modo Champions… y quién sabe, igual sacan el conejo de la chistera ante el Inter. ¡Larga vida al fútbol, al malabarismo estratégico y al humor inesperado!