El show del fútbol y la selección nacional…
Ah, el eterno dilema del madridismo: si no pueden tener una estatua de un jugador en la Gran Vía, ¡al menos que juegue en la selección! Y ahora le ha tocado el turno al joven Gonzalo, el ¡ta-ra-ran! héroe revelación del Mundial de Clubes, que lleva en el primer equipo del Real Madrid menos tiempo que un bocadillo de calamares en una feria escolar. Pero los fervorosos seguidores ya están haciendo planes para empujarlo a lo grande: como ponerle alas y que flote mágicamente a la selección.
Luis de la Fuente, más conocido por su paciencia budista, ya ha dicho que tranquilos, que no cunda el pánico. Que si sigue así, seguro llegará a la absoluta, pero no porque haya una conspiración intergaláctica vendiendo camisetas. Entre tanto, nuestro buen Luis quiere que Aitor Karanka se centre en su nueva misión caballeresca como director técnico de desarrollo, donde las aventuras nunca terminan.
Mientras tanto, comparar a Gonzalo con fenómenos como Cubarsí, Gavi y Lamine es como comparar una bicicleta con un Ferrari: una bici con futuro, sí, pero que todavía tiene las rodillas arañadas de caídas recientes. Calma, amigos, que don Luis decidirá el gran día y no porque Twitter lo ordene como si fuera un mensaje de Batseñal. ¡Paciencia, que todo llegará!