El emocionante adiós de un coloso blanco…
Lucas Vázquez le dijo sayonara al Real Madrid con más emoción que el final de tu telenovela favorita. Rodeado de su ejército familiar y amistoso, parecía la celebración de un cumpleaños sorpresa, pero sin el pastel de chocolate. Con 23 títulos colgados como medallas de guerra, Florentino Pérez y los compis futboleros Mbappé y Lunin le dieron el toque de solemnidad al asunto, aunque para Lucas, la verdadera leyenda es su esposa, Maca, la superhéroe anónima. Hasta necesitó una tonelada de pañuelos para contener las lágrimas mientras agradecía a su compañera de vida por ser su GPS emocional y su comité de aplausos perpetuo.
¡Qué manera de despedirse del templo blanco! Lucas repartió agradecimientos como si fueran pelotas autografiadas. De la afición, se llevó más abucheos convertidos en aplausos que un mago con orejas de conejo. Fibra y emoción por doquier, como si Lucas fuera el protagonista de la Champions League de los discursos. No dejó títere con cabeza, ni emocionómetro sin reventar, hasta consiguió sacarle una lágrima al presidente. Y eso es más difícil que encontrar una cabina telefónica en el siglo XXI.
Hasta los campos de fútbol lloraron con su carta de despedida. Sus padres recibieron ovaciones por su humildad, mientras que su hermano Mateo aceptó el Oscar al mejor secundario en esta emotiva película llamada «El Futbolista que Tocó el Cielo Blanco». En el fin de la función, Lucas prometió que aunque fisicamente diga adiós, en su corazón siempre será «Lucas Vázquez, canterano del Real Madrid». Y con eso, hasta el más rudo se levantó para decir «¡Olé!».