Despedida y chistes croatas…

Se avecina un silencio en el Santiago Bernabéu tan raro como encontrar un gato que le guste el agua. Luka Modric ha decidido colgar las botas con las que ha llevado más títulos a casa que un dúo de vaqueros en un rodeo. Este fenómeno croata, que llegó al Real Madrid con la misma cantidad de equipaje que un estudiante en el Erasmus, se va con 39 años pero con la velocidad mental de un chaval de 25, algo que tiene a Álvaro Benito más sorprendido que un pez subiendo al Everest.

¡Madre mía! Si Lukita no se despide con un número circense, ni que se tratara de la última gira de Pignoise. Al paso que va, inevitablemente, nos suena que hasta el Bernabéu llora. Tal es la pena que Álvaro Benito haya convocado una reunión urgente de los fans más fieles para tratar de convencerlo de dar marcha atrás, como si fueran el comando de rescate del Oso Yogui ante la pérdida de la última cesta de picnic.

Álvaro Benito, emocionado y al borde del llanto (o eso creemos), asegura que Carvajal es el último Jedi del Real Madrid, el único superviviente de una galaxia llena de títulos. Benito insiste que el vacío que deja Luka es como intentar jugar al dominó sin fichas. Y es que cada vez que Modric se ponía el uniforme blanco, la afición aplaudía más que los espectadores de un partido de ping-pong jugando con dos gatos como bola.