La tragicomedia merengue en Champions…

En un guion digno de una telenovela, el Real Madrid ha vivido su propio «Remontada y chorizo», una tragicomedia que haría llorar de risa hasta al mismísimo Shakespeare. Los aficionados, tan optimistas como un pez queriendo entrar a una pecera llena de gatos, no vieron venir el bofetón del Arsenal ni con gafas de aumento. Mientras el palco negaba todo como el protagonista de una peli de ciencia ficción con mala memoria, el equipo se dio de bruces con una cruda realidad: la crisis de identidad estaba al nivel de un culebrón brasileño. Y hablando de brasileños, pobre Vinicius, relegado a villano del capítulo final.

La macroencuesta de MARCA ha sido la guinda del pastel de esta ópera bufonesca. El 41% del respetable ha decidido apuntar a la cabina del director para culpar a la planificación, mismito que cuando buscas las llaves y juras que las guardó alguien más. Y claro, si con dedos láser en plan ‘Star Wars’, le han señalado a Carlo Ancelotti, su puesto parece ahora tan seguro como un flan en un bache. Eso sí, respetan al viejo maestro como si fuera un jedi de la táctica que se despide con una reverencia en pleno Bernabéu.

Mientras el teatro futbolero sigue su curso, la afición se postula para el casting del próximo entrenador. Xabi Alonso está en primera fila, mientras que Klopp, Raúl y el siempre recurrente Zidane bailan en el aire como en un concurso de talentos. Con el mercado de verano más cerca que las vacaciones escolares, los hinchas sueñan con fichajes como si fueran Messi ganando el Balón de Oro. Zubimendi, el nuevo deseo merengue, parece estar en boca de todos. Y así, entre humor y drama, el Madrid sigue su jornada de espera entre aplausos y chascarrillos.