El futbolista brasileño desata opiniones con su declaración…

¡Atención, atención! El estadio político del fútbol español está que arde, queridos lectores. Y es que nuestro gran defensa del Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha salido a responder al delantero del Real Madrid, Vinicius, tras unas declaraciones que han dejado más eco que un grito de gol en el Bernabéu. En una entrevista para ‘El Larguero’, más divertida que un partido de broma, el ministro de 62 años ha querido demostrar que tiene buen pie para lanzar un III Plan de Acción contra los delitos de odio en el terreno de juego. “Como español, me ha dolido, pero espero que metamos un gol por la escuadra y acabemos con esto”, espetó Marlaska con más firmeza que un árbitro mostrando tarjeta roja.

Vinicius, por su parte, cual comentarista meteorológico del alma, ha expresado su deseo de que para 2030, el racismo sea tan raro como ver llover al revés. La estrella brasileña aclaró que no todos los españoles son racistas, pero que unos pocos siguen marcando el ritmo de samba con una sola nota desafinada. “Yo amo España”, proclamó con más pasión que un karaoke de flamenco, alegando que el racismo es solo una tormenta en el estadio de una minoría ruidosa y con poca puntería.

Con la garganta bien afinada y la mirada puesta en el marcador, Marlaska promete vigilancia de calidad, usando cámaras que detectan malotes entre noventa mil. ¿Una lupa gigante? No, líderes tecnológicos que bien podrían identificar a Wally en segundos. “El fútbol no es terapéutico”, explicó, “y los gritos en la grada no curan ni una lumbalgia”. La liga de las buenas intenciones está en marcha para que el campo, en lugar de una jaula de grillos, sea un coro de aplausos y juego limpio. ¡Que la pelota ruede hacia un porvenir donde el insulto no tenga cabida, y el amor por el deporte sea el mejor golazo de la temporada!