Kylian y sus aventuras en la galaxia blanca…

Imagínate a Kylian Mbappé, sentado en la grada del Bernabéu, como si estuviera en el trono de un rey. La Sexta le preguntó sobre su llegada, y él lanzó un hechizo verbal que convirtió sus sueños de niño en una epopeya digna de los cuentos de hadas. «Primero soñé con Zidane y los galácticos, luego vino Cristiano, y ahora estoy aquí sin saber si fiché para el Madrid o para la NASA, ¡esto está lleno de estrellas!», bromeó el francés, echándole humor a su llegada al club de sus ídolos.

Con 12 años, ya tenía su encuentro galáctico en Valdebebas, con Zidane tirando galas de francés. Ahora, más maduro, incluso en el ámbito lingüístico, deja claro que todo fue obra del mismísimo destino. «Para mí, Valdebebas fue como Hogwarts, sabía que tenía que volver antes de graduarme», comentó, mostrando que hasta los grandes tienen sus inicios mágicos. Y sobre las presiones, Mbappé compartió sabias palabras: «La presión es como la salsa picante en los nachos: se aguanta porque el sabor final vale la pena».

Mbappé, niño prodigio, es ahora en Madrid como un chef francés en una marisquería gallega: explorando la cultura y probando bocados nuevos sin olvidarse de las crepes de vuelta a casa. Entre risas con Ancelotti y goles en Chamartín, su nuevo mejor amigo, Vinicius, es su cómplice futbolístico. «Sin Vini, esto es como el pan sin mantequilla», exclamó. Kylian, siempre con la mirada en la Champions y la Liga, parece listo para dar clases de cómo construir una galaxia fútbol en cada partido.