Mbappé busca el Balón de Oro (y la gloria)…
Dicen que Kylian Mbappé tiene una manía con el PSG similar a la que tiene un gato con la aspiradora: mucho amor, pero a una distancia segura. Nuestro astuto pistolero realizó una ovación digna de Hollywood cuando el PSG ganó la Champions, mientras disfrutaba de un festín culinario en Marrakech. Ahora, su objetivo es purgar sus penas con el Mundial de Clubes, ese torneo que para él es como encontrar el trébol de cuatro hojas que le valide como el mejor del universo, o al menos del Real Madrid.
Nuestro zorro delantero, con permiso de su nuevo director de épica, Xabi Alonso, no ha parado de cosechar éxitos al estilo de los juegos de arcade donde solo puedes ganar, ganar y ganar. Le basta el impulso de señor goleador: 44 bombazos en 57 tatamis, digo, partidos. Parece que Ancelotti, Deschamps y ahora Xabi prefieren no moverlo mucho, ese tipo de piezas mejor ni rozarlas. En resumen, el chico ha pillado carrerilla y eso le ha dado más protagonismo que una estrella de cine el día de los Oscar.
Cuando Mbappé no está calculando sus matemáticas galácticas de goles, está dándole a la palabrería con su entrenador personal táctico, Xabi. Se rumorea que entre charla y charla han inventado su propio código secreto para marcar goles de un modo que ni James Bond podría igualar. Kylian, junto a sus compinches Bellingham y Modric, están diseñando el asalto al título del Mundial de Clubes con más determinación que un equipo de superhéroes en el último capítulo de la temporada. ¡Cuidado Dembélé y PSG, que el huracán Kylian no viene en son de paz!