El cohete francés despega rumbo a la gloria…

Los goles de Mbappé están más en racha que las desafortunadas decisiones de un árbitro con sus gafas al revés. Después de un breve interludio donde su puntería anduvo más perdida que Aguirre en un Sudoku, el astro francés se ha convertido en el héroe del Madrid, con seis puntos vitales y una colección de tantos que haría palidecer a un muestrario de quesos franceses.

Imaginen a Mbappé cabalgando como un centauro hacia la portería rival mientras el pobre defensa intenta, en vano, marcar certificado de existencia en el campo. Con su doblete contra el Leganés, Kylian está a tan solo tres goles de igualar el récord de Zamorano. ¡Casi puede oírse a los defensas rivales suspirar «¡ay, La Liga, qué dura eres!» cuando le ven acercarse! Si fuera un personaje de cómic, ya tendría su propio hueco entre héroes de Marvel, salvando partidos y destrozando redes como parte de los Vengadores del balón.

Rodeado de rivales agotados y fanáticos desmayados, Mbappé está decidido a cumplir su santa misión futbolera: llevar a su equipo a una triple corona histórica. En el museo Madame Tussaud ya están preparando un molde especial, no sea que su estatua de cera decida marcar más goles, hipnotizada por la magia de Chamartín. Porque, para qué negarlo, ver jugar a este chico es más reconfortante que encontrar un billete de cincuenta euros en un viejo pantalón olvidado en el armario.