Kylian y su nueva pasión por las artes marciales…

Si la tibia de Antonio Blanco pudiera hablar, probablemente narraría una fábula épica sobre cómo sobrevivió al intento de conversión en xilófono por parte de Mbappé. Todo ocurrió en un partido normalito contra el Alavés, donde el bueno de Kylian decidió que era más emocionante practicar su estilo libre de kung fu sobre el terreno de juego. Como un Super Saiyan descontrolado, sus tacos fueron directamente a la tibia de Blanco, ganando una entrada digna de un pase VIP al banquillo.

El árbitro Soto Grado, que por un momento pensó que era testigo de un musical de Broadway en vez de un partido de fútbol, iba a sacar solo una amarilla. Pero entonces recibió una llamada telefónica de emergencia del VAR, indicando que era mejor dejar las exhibiciones de saltos mortales para la próxima entrega de Fast & Furious. Así que, tras una reunión express, Kylian fue invitado a ver el resto del partido en alta definición desde la mejor butaca del vestuario.

Tan pronto como pasó el espectáculo, Mbappé se dio cuenta de que había confundido el estadio con un estadio de sumo y fue en busca de Antonio Blanco para ofrecerle una disculpa y un seguro médico. Afortunadamente, el árbitro es un tipo amable y las consecuencias no obstaculizarán que nuestro héroe juegue la final de la Copa del Rey. Ahora, Kylian tendrá más cuidado, porque dicen que después de la cuarta tarjeta roja, empiezas a coleccionar figuritas de «Grandes expulsados desde 1984», ¡cuidado con eso!