Duelo de altura contra el PSG…
Kylian Mbappé ha visto más de los banquillos en este Mundial que un vagabundo en la Gran Vía observando escaparates. Resulta que un bicho raro lo apartó momentáneamente del campo, dejando a su trasero familiarizarse con el mullido banquillo. Pero claro, Kylian está de vuelta y reclama su derecho a ser el rey del césped. Xabi Alonso, cual jefe de cocina, lo ha reservado como el ingrediente estrella, esperando el momento justo para lanzarlo al asador. Mientras tanto, Gonzalo, el becario goleador, ha dejado alucinados a todos con su recital de goles, robando protagonismo como si fuera el protagonista en un concierto de rock.
Sin embargo, el telón vuelve a abrirse para Mbappé, ansioso por brillar en una batalla de telenovela contra su ex. ¡Oh, las delicias del fútbol! Sin duda, estar en el once frente al PSG es como estar en una fiesta de fin de curso en la que bailas al lado de la chica que te dejó. Por si no fuese suficiente, Mbappé busca cerrar la boca más grande que el agujero de la capa de ozono, y quitarse las espinitas del tamaño de un erizo que le dejó su salida del PSG.
Y como si el plato principal no fuera ya lo suficientemente suculento, hay sabor a revancha en el aire. Kylian y el PSG chocan como dos elefantes en una tienda de porcelana, especialmente con 55 millones de euros entre medias. Olvídate del partido; es un tango emocional con Marciniak como director de orquesta. Así que, si estás listo para presenciar este dramón digno de una novela, agarra tus palomitas y prepárate para el espectáculo estelar bajo el cielo neoyorquino.