El espectáculo de los cariacontecidos en el Bernabéu…
En la jungla madrileña del Bernabéu, Kylian Mbappé sigue siendo el león… pero uno un poco refunfuñón. Tras una actuación estelar frente al Rayo Vallecano, el galo anotó un gol y lo celebró como si acabara de ganar la lotería, pero se le notó, vamos a decir, un pelín avinagrado.
Los expertos en lenguaje gestual del programa «Buenas Noches y Buenos Goles» han convertido a Mbappé en tema principal del debate, explorando sus gestos de «no tengo tiempo para esto» hacia sus compañeros. Enrique Marqués, nuestro detective gestual de cabecera, piensa que el enfado es solo momentáneo, como cuando te sacan del recreo cinco minutos antes.
Mientras tanto, Pablo López asegura que el francés parece haber intercambiado su expresividad de champán por uno de esos zumos de limón que te hacen cosquillas en la cara. El enigma del cambio gestual de Mbappé ha dejado a los comentaristas tan perplejos como un gato mirando un pepino, y todos están de acuerdo en que, aunque esté un poco avinagrado, un Mbappé enojado es mejor que un Mbappé desaparecido. Así que, ahí va el reto: ¿podrá Kylian recuperar su sonrisa de niño travieso? Solo el tiempo (y tal vez una victoria o dos) lo dirán.