Salah necesita un milagro digno de Jedi…
Kylian Mbappé, el Galo Galáctico, salió al campo cual Coyote persiguiendo al Correcaminos. Ni Sonic sería capaz de seguir su ritmo. En un partido que no tenía más importancia que el último asunto de una telenovela, Mbappé se jugaba el premio que brilla más que un plato de oro: la Bota de Oro. El primer gol llegó en el minuto 38 tras un penalti más emocionante que el final de un episodio de ‘Breaking Bad’. Marrero hizo de astronauta aterrizando en sin gravedad, pero fue Kylian quien, cazando el rebote, gritó «¡bingo!», sumando 30 goles y 60 puntos a su cuenta.
Pero nuestro héroe Mbappé no se conformó ahí. En una especie de carrera contra el tiempo, decidió asegurarse de que si Salah se levantaba con espíritu guerrero al día siguiente, tendría que marcar un póker en Anfield. Salvo que debute un nuevo superpoder no detectado hasta ahora, el salto del egipcio necesitará más suerte que un conejo con cien patas de la buena suerte. Pero cuidado, porque todos sabemos que en el fútbol, como en ‘Star Wars’, siempre hay esperanza.
El Pichichi está en el bolsillo de Mbappé, tan seguro como que el pan nunca falta en la mesa de un español. Con 43 goles en la temporada, su récord parece más espectacular que un espectáculo piromusical. Y todavía tiene ansia de romper más redes en el Mundial de Clubes en EE. UU. ¡Cuidado América, el tornado Mbappé llega el 14 de junio, y no está para bromas, solo para goles!