El pequeño granuja sufre castigo feroz…

¡Alerta roja! Un menor, con más habilidad para insultar que un loro enojado, ha sido desterrado de los estadios por un año completo. Este joven, al estilo de un villano en pañales, lanzó insultos racistas a Lamine Yamal en el Clásico del Bernabéu, celebrado en octubre. ¡Menudo espectáculo! Y ni hablar del marcador, que dejó al Real Madrid con un 0-4 en la mochila.

LaLiga, decidida a convertir los estadios en templos de paz y amor, ha impuesto tareas socioeducativas al susodicho, y le ha prohibido ver el fútbol en vivo hasta que Ronaldinho saque un videoclip junto a Shakira. Todo el tinglado está bajo la estrecha vigilancia de la Fiscalía de Menores. «Aquí no se tolera a ningún aprendiz de villano», ha proclamado LaLiga, con tanta seriedad que hasta un árbitro de la Champions temblaría.

Mientras tanto, los inspectores de LaLiga están esperando a que dos adultos, supuestamente al estilo «apadrina un hooligan», reciban su dosis adecuada de justicia. Porque en el fútbol hay lugar para las patadas y los piscinazos, pero no para los insultos racistas. ¡Jugar limpio o irse a casa, señores! Vamos, que con este casting de personajes, el fútbol parece más una telenovela que un deporte.