¿Cambio de táctica o de carril?…

Míchel Sánchez, el capitán del barco del Girona, llegó al micrófono con una sonrisa pícara que parecía futbolista preparando una chilena en el último minuto. Afirmó que su equipo está listo tras una semana de entrenos «limpiecitos» (¡como el césped!) para enfrentarse al monstruo blanco en el Bernabéu. Bueno, casi listos, porque Yangel Herrera está castigado ¡y no podrá jugar con sus amigos! Parece que el árbitro del partido contra el Getafe se puso muy riguroso con las tarjetas.

Con un Madrid que viene de dejar al City boquiabierto en la Champions, Míchel sabe que el partido será como intentar picar una falta sin romper la barrera. «La última vez que vinimos aquí, nos lanzaron por la ventana», recuerda Míchel, refiriéndose al abultado marcador que recibieron. Pero, con el optimismo de quien busca el trébol de cuatro hojas, mantiene la esperanza de sorprender.

En cuanto a su alineación, parece más preocupado por su defensa que un portero en un partido de cabeza. «¡Hay que ponerle un ojo a Vinícius, Mbappé y compañía! Pueden correr más rápido que Chita en patinete», bromeó. Aunque a la hora de firmar un empate, Míchel se plantó: «Aquí venimos a llenar el carro de puntos como si fuera el día de rebajas».

El técnico considera que ajustar el estilo al calibre del Madrid es como cambiar de canal cuando pasan una telenovela sin subtítulos. «No podemos dejar de mirar el balón, porque para atraparlos a ellos necesitaríamos un GPS», dijo con humor. Aunque sabe que a veces, incluso con el mejor juego, ganar puede ser como sacar un billete premiado de la lotería.

Arthur está más o menos en forma, ¡aunque no para una maratón! «Los datos dicen que aguanta los 90 minutos, no sé si es en el campo o con la consola», se rió Míchel en la rueda de prensa. Así, Míchel y su Girona se preparan con risas y entrenamientos a media capacidad, esperando que al enfrentarse a la galaxia merengue, el encuentro sea al menos divertido.