El entrenador del Girona y su misión imposible…
Míchel, el estratega del Girona, se vio rodeado de un Real Madrid desatado y no pudo hacer otra cosa que aceptar la derrota con una sonrisa forzada y mucho humor. Como quien olvida las llaves dentro del coche, Míchel llegó al Bernabéu, miró al equipo blanco y solo pudo decir: “A abrir paraguas, que vienen goles”. “Este año me puse más serio en lugar de valiente, porque ya sé lo que pasa cuando uno se lanza a lo loco contra este Madrid: terminas organizando una feria de goles… ¡y adivinen quién no vende boletos! El Bernabéu me puso en mi sitio. Supongo que esto es lo que pasa cuando tienes a Ceballos brillando y a Mbappé volando como si estuviera en un videoclip de superhéroes”, comentó entre risas. Sin embargo, Míchel ya está pensando en su próxima cruzada contra el Celta, asegurando que piensa derribar el muro de derrotas con una horda de fans al grito de: “¡Go Girona!”. Claro, no se aventura a prometer viajes a Europa. “Con una victoria en 2025, es mejor hablar de lo que hay que hablar: ¡un respiro en La Liga! Pero este equipo puede, aunque a veces me recuerdan que el que dirige el barco soy yo. Y claro, con un Madrid enfrente, los remos se me pierden”.