Adiós con lágrimas y canción a lo Modric…
¡Paren las rotativas! Luka Modric, el elegante mago del balón, ha colgado la camiseta blanca del Real Madrid para convertir Milán en su nuevo escenario de magia. No, no es un truco de Houdini; se va con sus botas puestas tras un partido contra el PSG. Sus sueños de despedida perfecta se quedaron en el vestuario, pero oye, los recuerdos pesan más que una copa mundial. Menuda etapa se acaba, y sin sacar el pañuelo, ¡que eso es para los dramas coreanos!
El bueno de Luka no solo ha dejado al Real Madrid, sino también al mismísimo Florentino Pérez con un par de lagrimones. ¡A eso se le llama provocar aguaceros! Según Modric, el presidente le tenía un cariño tan entrañable que hasta lo trataba especial, como si fuera el último peluche de su colección. ¡Imagina a Florentino llorando! Eso no se ve ni en el día de los inocentes. Con tanto cariño, el croata promete ser madridista hasta que los goles se marquen con chancleta y balón playero.
Ah, pero lo mejor de lo mejor, según el propio Modric, fue levantar su varita mágica para La Décima y reinar desde ahí con seis Champions. ¡La Décima, La Décima, menudo hechizo poderoso! Ni Harry Potter con su escoba parece tan rápido como Luka en el campo. Así que, Milán, preparad vuestras caras asombradas, porque el maestro de las asistencias y los momentos épicos está al llegar. ¡Hagan espacio a un fueraborda en medio del Duomo!