El adiós a Modric se convierte en un show inolvidable…
Lanzamos la alfombra roja y los fuegos artificiales, ¡que Modric se despide! El último partido del Real Madrid fue más emocionante que una final del Super Bowl, con Luka Modric saliendo del campo como un faraón que ha ganado el Mundial de los Faraones Gallácticos. Los rivales le hicieron pasillo y hasta bebieron champán en su honor, aunque eso no está confirmado. Mientras, Lunin mostró sus habilidades ninja y salvó un gol cantado como si fuera un superhéroe de los 80.
Lucas Vázquez, nuestro caballero Jedi local, se fue ovacionado tras su juego lleno de taconazos y sus 400 peleas de sables láser. Mientras tanto, Asencio intentaba marcar goles desde fuera del área como si estuviera en el concurso de triples de la NBA. Bueno, al menos evitó hacer penaltis que harían llorar al mismísimo Chuck Norris. Y luego tenemos a Mbappé, que tras fallar un par de goles claros pidió perdón personalmente a cada aficionado en el estadio, antes de marcar uno que contamos como un abrazo de despedida para todos.
Finalmente, Ancelotti, con su habitual cara de actor de cine mudo, repartió la gloria como un cazafantasmas repartiendo sobres de diversión pura. Sin duda, un partido que será recordado en los anuarios galácticos del futuro, sobre todo por la despedida de Modric, que fue tan emotiva que incluso las palomitas lloraron.