Un contrato más para el récord del abuelo Modric…

No es una broma: Carlo Ancelotti nos demuestra que si Pablo Picasso y Leonardo Da Vinci pudieran jugar al fútbol, se llamarían Luka Modric y Paolo Maldini. Aunque el maestro del croquis tenga algunos récords aún intocables, Modric está a un contrato de superarlo en la competición de «hombre que más partidos ha jugado sin llegar al siglo». Maldini podría seguir siendo el más fiel a un club creyendo que el Milan era un pacto matrimonial, mientras que Modric ha despreciado un contrato vitalicio al Real Madrid rondando por varios equipos, aunque eso sí, se perfiló un CV envidiable con 892 partidos.

Si el croata renueva con el Real Madrid, podría escribir «el abuelito que juega al fútbol» en el Guinness de los récords, alcanzando los 40 gloriosos otoños en botas y, humildemente, acercarse a la edad de jubilación de Maldini, quien decidió que los 41 son los nuevos 31. Con 39 años y celebrando su cumpleaños más como el Día de San Modric, nuestro croata podría romper otro récord de longevidad si decide convocar las velas en el Bernabéu.

Sin embargo, Luka ya ha dejado a Maldini con un envidiable record de copas en sus vitrinas. Ha celebrado seis Champions mojitos por encima de las cinco cappuccinos de Paolo, y acumula trofeos como aquel que colecciona figuritas, con 28 camisas madridistas bien planchadas y 6 adicionales de sus años en

el Dinamo de Zagreb. Modric colecciona títulos como si fueran tazos de los 90, mientras que Maldini solo puede admirarlos como estampitas en el álbum de los recuerdos.

En cuanto al Mundial, tanto Modric como Maldini han tenido la misma suerte que un gato abandonado por el camión de las croquetas, acariciando el sueño pero nunca el trofeo. Su gafe mundialista parece no haber sido suficiente para que el croata, como un ladronzuelo reluciente, se hiciera con el Balón de Oro esquivando la tiranía de Messi y Cristiano en 2018, mientras que Paolo observa desde su casa cómo Cannavaro le ganó por la defensa.

Así que, si alguna vez sueñas con ver a Modric en un museo, no te sorprendas si en lugar de un cuadro, ves una camiseta blanca inmaculada junto a un cartel que dice: «Aquí jugó el hombre que hizo sudar a Maldini: ¡Luka, el inmortal!»