Del debut tímido al maestro del centro del campo…

Luka Modric, el hombre que colecciona más trofeos que tazas de café en tu abuela, lleva desde 2012 escribiendo su propia telenovela en el Real Madrid. Llegó justo cuando buscábamos un héroe para conquistar al Barcelona en la Supercopa de España. De hecho, apareció poco en el primer capítulo, pero con los años ha acumulado tantos títulos que ni siquiera el repartidor de trofeos puede seguirle el paso.

El croata, tras una dura negociación con el Tottenham –donde el fútbol y el té compiten por el primer puesto–, fue una petición de nuestro querido José Mourinho, quien creía que nadie coleccionaría más tarjetas de embarque que Modric. Aunque en su primer partido de Liga le apartaron en el descanso junto a Benzema, a sorpresas no le gana nadie.

Calienta que sales, dijo Mou en su primer enfrentamiento con el Manchester City, equipo que en aquel momento era tan desconocido para el Madrid como una bicicleta en un parking de F1. Entró cuando perdíamos 0-1, pero su presencia trajo el primer acto de la victoria gracias a Cristiano Ronaldo, el hombre que cree que el tiempo solo ha servido para mejorar su peinado.

Pese a un inicio de temporada difícil, donde compartía el centro del campo con una lista de estrellas que haría llorar hasta a una tienda de juguetes, Modric selló su destino en Old Trafford, cuando decidió que era momento de revolucionar el partido y dar comienzo a su leyenda.

Aquella Champions no la ganamos, pero Modric inició su transformación en el eje quinto elemento del Madrid. Ya para la temporada siguiente, fue el autor del mítico centro de esquina para el gol de Ramos que desempolvó las vitrinas para la ansiada Décima. Y sí, amigos, ahora con unas seis Copas de Europa y un Balón de Oro más tarde, Modric se ha convertido en la enciclopedia futbolística viviente del Madrid.

Este miércoles, volverá a enfrentarse a su viejo amigo, el Manchester City, porque ser un futbolista legendario significa seguir reescribiendo la historia; solo que Modric usa una pluma especial de oro y su tinta, la de los grandes momentos. ¡Que tiemble el City porque Modric, una vez más, estará al acecho, listo para atrapar recuerdos y coleccionar más anécdotas que un abuelo en una sobremesa!