¡El Mundial de Clubes con Ribetes de Drama!…
¡Amigos, amigas, devotos del esférico! Llegó el momento de sacar los violines y preparar los pañuelos para la despedida más épica desde la jubilación del fontanero del barrio. Dos figuras estelares del Madrid, Modric y Lucas Vázquez, están listos para su última misión heroica, y prometen hacerlo con más estilo que un pingüino en un salón de baile. Cuatro partidos, cuatro finales, y cuatro oportunidades para levantar el trofeo y retirarse del Bernabéu como leyendas vivientes. ¿Quién necesita Shakespeare cuando tienes esta dosis de drama futbolero en alta definición?
Imaginad que sois directores de casting en una película de superhéroes, y Modric es esa figura que llega en silencio, mueve las piezas sin mucho ruido… ¡y zas! Te ofrece una jugada antológica que ni el Doctor Extraño podría prever. Con 594 performances que podrían abrumar a cualquier crítico, Luka nos deja una herencia que por lo menos merece su propia estatua en el centro del campo, o ya puestos, una avenida con su nombre. Mientras tanto, Lucas Vázquez, el todo terreno, la navaja suiza del fútbol, lo ha dado todo en 401 duelos, y ahora se despide con el aplauso de hasta el utillero del equipo. Cualquier club querría un Lucas para los lunes por la mañana, garantía de esfuerzo y entrega.
Así que amigos, cuando suene el silbato en el enfrentamiento contra la Juventus, que los rumores dicen llegarán con más hambre que una piraña en una piscifactoría, será mejor preparar las palomitas y abrocharse los cinturones porque esto promete más adrenalina que una montaña rusa construida a último minuto. En el Madrid no solo se juega un pase, se juega el último ‘hasta luego’ de dos gladiadores que llevan la camiseta blanca cosida en el alma. ¡Que comience la función!