El adiós entre lágrimas de un mago del balón…

¡Ay, Modric! El hombre que tiene más magia en una bota que Harry Potter en toda Hogwarts decidió apagar las luces en el Bernabéu por última vez. Mientras se hacía el nostálgico, recordó sus aventuras en el Real Madrid. Al parecer, no solo jugaba con la camiseta blanca del Madrid, ¡también tenía una capa invisible para sortear rivales! Entre la emoción y una lágrima imposible de contener, nos dijo cuál de todas sus fechorías en el estadio es la que siempre guardará en su baúl de los recuerdos.

Imagina una calurosa noche de marzo de 2022. Modric, con más nervios que un unicornio en una tienda de cristal, enfrentó al PSG en una batalla épica que, según él, fue como saltar de un trampolín directamente al cielo de la Champions. Ese partido fue algo así como un episodio de acción, con remontadas dignas de un guión de películas de aventuras. Luka lo tenía claro: «Si ganamos esto, ganamos la Champions», y no le tembló el pulso para poner su predicción en el podio de la historia.

Y así fue, el croata que hace pases como quien corta el aire con elegancia, sonrió mientras explicaba que no solo son los títulos los que uno recuerda, sino esas noches en las que el estadio se viene abajo del griterío. Nada raro viniendo de alguien que convierte cada regate en un espectáculo. Los hinchas, seguramente entre aplausos y pañuelos resacosos, vieron a un mago del balón despedirse con un «¡Hasta luego!» de lo más chispeante.