Ancelotti y su aversión a los adornos…
Sí, amigos del balón y los bocados de jamón, parece que Carlo Ancelotti prefiere un gol feo y efectivo que un adorno digno de Instagram. Quizás porque el fútbol, según el genio italiano, no es un desfile de moda, sino una batalla para meter el balón en la red. Pobrecillo Endrick, aspirante a Messi, quiso darle un toque de arte pero terminó en el congelador de súplicas del mister. Moraleja: si no metes el balón, la nevera será tu banquillo.
Ah, el querido Morata. Todavía recuerdo aquel día contra el Valladolid como si fuera un episodio de dibujos animados con Ancelotti dando órdenes desde la banda: “¡Nada de picaditas, hijo!”. Pero Morata, cual niño travieso, decidió intentarlo. El resultado fue tan encantador que acabó con seis partidos comodín en el banquillo. Aun así, encontró su camino de vuelta, como un héroe de Disney que se cuela en la historia grande.
Y luego está Nico Paz, que parecía tener más vidas en el Madrid que un gato con siete bufandas, pero eligió el momento equivocado para ignorar al compañero mejor posicionado. Resultado: adiós titularidad, hola Serie B italiana. Pero, quién sabe, quizás volveremos a verlo en la capital del fútbol y las tapas antes de que se jubile. ¡Vamos Nico, demuestra que el fútbol no se trata solo de goles, sino también de volver a intentarlo (con permiso del míster)!