El show de Infantino ya está en marcha…
Amigos del fútbol, confieso que soy de esos que prefieren el trastorno al aburrimiento, como quien escoge entre ver una peli de ciencia ficción o contemplar una paleta de pintura secándose. Así que, ¡bienvenidos al Mundial de Clubes! Infantino, cual chef loco, ha mezclado un calendario más apretado que los vaqueros de un hipster, pero aquí estamos, listos para la acción como si fuera un capítulo de nuestra serie favorita.
Y en este reality show, el Atlético viajó hasta Los Ángeles, donde quedaron más solitarios que un balón en un patio de colegio durante el recreo. Parece que la ciudad decidió imitar a la meditación Zen vaciándose por completo, dejándolos como invitados en una fiesta sin anfitrión por culpa de la agenda migratoria de Trump. Se dice que los estadios pueden estar más huecos que una calabaza de Halloween, pero, afortunadamente, la esperanza es lo último que se pierde. Yo, por mi parte, ya estoy relamiéndome con los posibles derbis que pasarán de medianoche.
Me siento como en la víspera de Navidad esperando un Atleti-PSG, deseando ver cómo el Real Madrid flirtea con el Manchester City o cómo el Bayern se bate con Boca Juniors. Dicen que habrá partidos descafeinados, pero yo creo que el Real Madrid y el Atleti llenos de ambiciones podrían convertir cualquier encuentro en un frenesí digno de los gladiadores romanos. Aquí estaremos, con nuestra pantalla y palomitas, listos para consumir emociones al por mayor.