Los blancos y su conquista en Pamplona
Visitar Pamplona para el Real Madrid es como ir a un buffet libre: puede que consigas lo que deseas o puede que termines con una sorpresa inesperada. Desde los días de San Juan, donde las victorias eran tan escasas como encontrar una camiseta del Barça en el Bernabéu, hasta El Sadar, cada visita ha sido una auténtica montaña rusa de emociones.
La capital navarra ha sido tradicionalmente un rompecabezas para el calendario blanco, pero esta vez los de Ancelotti llegan con la esperanza de sumar su cuarta victoria al hilo en el infame «coliseo» rojillo. De lograrlo, sería sólo la segunda vez que el Madrid logra una cuatriplete en estas tierras. La última racha mágica ocurrió allá por mayo de 2008, cuando los blancos se coronaron en un final digno de un guion de Hollywood: a siete minutos del final Osasuna ganaba y, ¡bam! En apenas tres minutos Robben y Higuaín giraron el destino y el título hacia el lado blanco.
Higuaín, el héroe de aquella jornada, todavía debe tener una postal de Pamplona en su nevera, recordando sus tiempos de gloria. Pero antes de ese baño de champán, la racha comenzó en 2005 con otra remontada más emocionante que quedarse sin WiFi. Osasuna se adelantó gracias a Webó, pero Owen y Helguera orquestaron la remontada en un abrir y cerrar de ojos.
Sin embargo, Osasuna no es un equipo que olvide fácilmente: en la temporada 2008-09 le dio el gusto al Madrid de vivir un pequeño susto al derrotarlos y así ellos mismos salvarse del descenso. Pero desde aquel tropiezo en 2011 con un golito de Camuñas, el Madrid de Ancelotti ha sorteado las corrientes navarras con victorias contundentes.
El Sadar en los años 80 era un verdadero campo de minas para el equipo blanco, con una racha de derrotas donde el Madrid se sentía más perdido que un hincha merengue en una celebración del Barça. Uno de los episodios más locos fue cuando un cochinillo volador, equipado con la camiseta blanca y el número 7, se hizo famoso tras ser lanzado desde la grada. Las derrotas se acumulaban, pero el Madrid finalmente encontró la salida de este laberinto en 1985 gracias a un gol de Hugo Sánchez.
Así que, una vez más, el Madrid empaca su equipaje para El Sadar con la esperanza de que esta vez el menú navarro los haga cantar otra vez victoria. ¿Lograrán sumar una cuarta victoria consecutiva o se llevarán el billete de vuelta con un sabor amargo? ¡Ah, el fútbol, el único deporte donde perder un jamón en las gradas se convierte en leyenda!