El curioso misterio de las manos no sancionables…

¡Atención, atención! Un segundo gol del Leganés ha dejado a todos con caras de ‘¿y eso fue legal?’. La pelota, con una puntería digna de una comedia, rebotó en el antebrazo derecho de Óscar mientras intentaba esquivar a Asencio. Pero, sorpresa, los árbitros miraron el VAR y decidieron que no pasaba nada. Óscar continuó como si nada y Raba convirtió el pase en un golazo digno de aplausos. Resulta que, al parecer, estamos ante uno de esos casos de «manos invisibles» que no cuentan como infracción según el Comité de Supersecretos de Árbitros del pasado verano.

Según los gurús del reglamento, hay toda una lista de manos que simplemente no se consideran delitos en el mundo del fútbol. Pongamos a prueba nuestros conocimientos: ¿la mano estaba en una posición «pose natural del futbolista»? Check. ¿Estaban sus manos pegadas al cuerpo como un koala en un árbol? Doble check. Y así sigue la lista, digna de un manual de acrobacias de asfalto, donde las manos actúan como instrumento de equilibrio, amiguitas de apoyo o víctimas de un despido amistoso de un compañero. ¡Ah, el dulce misterio del fútbol!

Por tanto, en casos como este, donde el balón parece manejarse solo, la jugada cobra vida cuando se trata de golpear accidentalmente una mano pero ¡tan legal como el rebozado de un calamar! Así que, amigos míos, si la pelota te busca la mano y después se convierte en gol, no es magia negra, sino táctica permitida. Y es que en este deporte, las reglas del juego son tan imprevisibles como una partida de ping-pong con viento.