De cracks del balón a cracks en política…
Mesut Özil, el mago del balón que hacía girar las cabezas en el Santiago Bernabéu más rápido que un regate suyo, ha vuelto a dejarnos boquiabiertos. Esta vez, no es por un control imposible, sino por un giro de vida digno de una trama de Netflix. Desde el pasado 22 de marzo de 2023, cuando dejó sus zapatillas quietas en el armario, el alemán de raíces turcas ha cambiado el verde del césped por el verde de los escaños.
No se confundan, no es que Özil haya decidido participar en partidos más aburridos que un 0-0 bajo la lluvia; más bien, ha optado por entrar a la directiva de un deporte menos predecible: la política turca. Ahora forma parte del equipo titular político del presidente Recep Tayyip Erdogan, uno que compite sin tanto VAR pero mezcla más estrategias que una final de Champions. No es la primera vez que estos dos tienen química; después de todo, Erdogan fue ¡el mismísimo padrino de su boda! Si esto no es amistad, que baje Zidane y lo vea.
Por si alguien aún duda de la maña de Özil, cabe recordar que sus lazos con Turquía son más fuertes que un pitido final. Y aunque en Alemania esto generó más titulares enfadados que un fuera de juego mal cobrado, Mesut sigue driblando con estilo entre camisetas de dos selecciones y culturas. Con su nombramiento, el protagonista indiscutible está preparado para marcar golazos, esta vez en el politiquísimo campo turco. ¡Alerta mundial, el mago está de vuelta!