Los hijos pródigos del fútbol español…

Si pensabas que la familia real española era la única con herederos al trono, te equivocas de cabo a rabo. Aquí llega la monarquía del fútbol con José Bordalás y Carlo Ancelotti, dos reyes sin corona, pero con banquillos que podrían darme más calambres que una novela de misterio. Resulta que estos dos camaradas de las tácticas futbolísticas tienen un culebrón mucho más fascinante que la batalla anual por el balón de oro: sus propios retoños, Roberto y Davide, están a punto de forjar su dinastía desde los bordes de Getafe y el mismísimo Santiago Bernabéu.

Después de su valiente escapada (¿en carreta, tal vez?) de Valencia, José Bordalás se dedicó a pasearse por Valdebebas cual Robin Hood en Sherwood, asimilando secretos oscuros del maestro Ancelotti. Su hijo prodigio, Roberto, con la barba aún precaria como una mosca en la sopa, ha tomado el manto de ayudante como si se tratara de un videojuego RPG. Entre espiadas y confabulaciones, se asegura de que los banquillos sean territorios tan organizados como un salón de maternidad.

En su segunda temporada como aprendiz, Roberto parece más que listo para enfrentarse a dragones o, al menos, para ayudar a Getafe a esquivar los hoyos del descenso. Con una sonrisa de oreja a oreja y rodeado de sabios como Javier Vidal e igualmente expertos, este joven podría ser el próximo Houdini del futbol, escapando de las sombras a la hora de enfrentar la alineación de un partido. Mientras tanto, Ancelotti padre e hijo le observan, tal vez ya planeando la siguiente movida en este ajedrez de césped verde. ¡Alerta, mundo del fútbol, los príncipes del banquillo están listos para reinar!