Cuando un chileno avista talento en Londres…
¡Ay, qué buen ojo tiene Don Pellegrini, el caballero de los balones redondos! Ya en su época de jefe de un castillo llamado West Ham se dio cuenta que Declan Rice tenía un cañón en lugar de pierna. «Lo iban a mandar de paseo, y dije: ¡Quieto ahí, muchachos, que este chico es un diamante!». Y vaya si Pellegrini tenía razón: el Arsenal ahora lo presume como si fuera un trofeo medieval, luego de ver cómo devastó al mismísimo Real Madrid con una doble de falta más precisa que un reloj suizo.
En la rueda de prensa, el ‘Ingeniero’ (también conocido como el mago de los cambios a última hora) se infló de orgullo como un balón de playa al hablar de Rice. «No me extraña que haga magia con los tiros libres», comentó, antes de intentar darle el mérito a su entrenamiento digno de un sensei del saque de esquina. Al escuchar que Declan se vendió por 110 millones, a Pellegrini se le iluminó la cara como si hubiera encontrado oro en un bote de palomitas.
Mientras el Real Madrid lamía sus heridas como un lobo después de una noche fallida de caza, Pellegrini se rascaba la barbilla, lamentando el fracaso de sus antiguos pupilos pero sin poder evitar sonreír por su antiguo aprendiz. «Un chico serio y de chaqueta bien planchada», comentó. «¡Se merece cada aplauso, aunque le haya dado al Madrid una pesadilla del tamaño del Bernabéu!». Eso sí, después de impresionar en Londres, a Rice solo le queda llevar su talento a Marte, porque en la Tierra ya no hay más retos.