De las lechugas al césped de Valdebebas…

En Torre-Pacheco, esa ciudad conocida por sus campos de lechuga más que por sus equipos de fútbol, nació Rachad Fettal. Los fines de semana eran una locura de regatear entre tractores y defender contra cebollas en el campo. Sus padres, como buenos héroes anónimos, regateaban el tiempo para verlo jugar; eso sí que es amor, señores. Y entre tanto enredo campestre, este muchacho de casi dos metros decidió que la portería era su reino.

Un día, cuando aún era un cachorro de león en la E.F. Torre Pacheco, un mito surgió. Su entrenador, el legendario Pedro, asegura que lo vio y dijo: ‘Este chico es un bicho’. Y vaya si lo era; pon a Rachad en cualquier posición y verás un nuevo Messi, pero con esteroides. Se saltaba a los rivales como quien esquiva coles de Bruselas en el supermercado. Su talento le llevó a Almería y de ahí, con un cheque con más ceros que un cómic de Batman, al Real Madrid Castilla.

Ahora, entrenado por el mismísimo Arbeloa, que tiene más trucos bajo la manga que un mago de feria, Rachad tiene una agenda más ocupada que un político en campaña. Con el 26 de julio señalado con asterisco y todo, su debut se espera como los Reyes Magos en enero: con ansias y emoción. La afición está lista para ver si Rachad conquista el mundo del fútbol con más goles que memes hay en Internet.