Cuando el balón decide ir de vacaciones…

En la escena futbolística de La Fábrica, algo anda «piroclásticamente» mal. El Real Madrid C, el escuadrón secreto del club que algunos confundían con un departamento de recursos humanos, está en pleno riesgo de descenso. Vale, no es el descenso del Everest, pero para el club, caer de Segunda a Tercera RFEF es como un tropiezo en la pasarela de la moda: visible y demoledor.

Después de que el cambio de entrenador recibió el mismo entusiasmo que un lunes por la mañana, el efecto Joselu Sánchez resultó más bien ser el «no efecto». Han ganado dos partidos desde su llegada, empatado tres y perdido otros tres. A este ritmo, jugarán al escondite donde nadie quiere buscarlos. ¡Hasta el mismísimo balón parece haberse dado un respiro con solo 26 goles en 28 jornadas!

Con solo seis partidos restantes, los chicos de mayúsculas blancas y minúsculas problemas deben encontrar su brújula perdida. En una liga donde descender es tan fácil como olvidarse de echar azúcar al café, el Madrid C lucha por no perderse en la jungla del fútbol subterráneo mientras la permanencia les da largas como un mal romance. ¿Servirá la pócima del gol o nos dejaremos tintero en mano? El desenlace, promete.